𝗔𝗻𝗱𝗮𝘁𝗲 𝗲 𝗮𝗺𝗺𝗮𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲 𝘁𝘂𝘁𝘁𝗲 𝗹𝗲 𝗴𝗲𝗻𝘁𝗶, 𝗯𝗮𝘁𝘁𝗲𝘇𝘇𝗮𝗻𝗱𝗼𝗹𝗲 𝗻𝗲𝗹 𝗻𝗼𝗺𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗙𝗶𝗴𝗹𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹𝗹𝗼 𝗦𝗽𝗶𝗿𝗶𝘁𝗼 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗼, 𝗶𝗻𝘀𝗲𝗴𝗻𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗼𝗿𝗼 𝗮𝗱 𝗼𝘀𝘀𝗲𝗿𝘃𝗮𝗿𝗲 𝘁𝘂𝘁𝘁𝗼 𝗰𝗶𝗼̀ 𝗰𝗵𝗲 𝘃𝗶 𝗵𝗼 𝗰𝗼𝗺𝗮𝗻𝗱𝗮𝘁𝗼 (𝗠𝘁 𝟮𝟴, 𝟭𝟵-𝟮𝟬).
La Compañía de Jesús, de la que procede el usurpador del Papado, también cuenta entre sus santos a Pedro Claver (1580-1654), a quien hoy el Martirologio registra en el número de Confesores como el "Apóstol de la Nigrizia (esclavos)".
El contraste entre este humilde misionero que regeneró en el Bautismo a casi trescientos mil paganos y el orgulloso Bergoglio que condena la predicación del Evangelio nos muestra qué ejemplo seguir y cuál condenar. Por un lado, la Caridad que une la misericordia hacia los esclavos con su instrucción religiosa y expande el Reino de Cristo a todos los pueblos; por otro, la ideología mentirosa de quienes especulan con el comercio de seres humanos -ayer la esclavitud, hoy el inmigracionismo- para destruir el cristianismo y borrar la civilización que ha construido.
Invoquemos su intercesión, junto con la de tantos jesuitas fieles al mandato de Cristo. Y no nos dejemos engañar por quienes, en nombre de la hermandad masónica, confirman en el error y en las tinieblas de la idolatría a tantas almas por las que el Señor derramó su Sangre.
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