viernes, 27 de junio de 2025

Prevost promueve al apóstata prosodomía José Antonio Satué Huerto, impulsado por Bergoglio

 




León XIV promueve al  apóstata  pro-homosexual José Antonio Satué Huerto- "El hombre de Francisco en España"


San Pedro Damián: “¿Me pregunto, Oh abominables sodomitas , por qué después de buscar con tan ardiente ambición la altura de la dignidad eclesiástica ? ¿Por qué buscan con tanto anhelo atrapar a la gente de Dios en la red de la perdición de ustedes? "







Mateo 7:15-23

"Por sus frutos los conoceréis". Este pasaje advierte que los falsos profetas pueden parecer inofensivos, pero se les reconoce por sus malas acciones y malos frutos.

martes, 24 de junio de 2025

Santo Tomás de Aquino al comentar Romanos 1 señala que los sodomitas son idólatras

 




Catolicidad: SAN PABLO CONTRA LA HOMOSEXUALIDAD


La Sagrada Escritura y, especialmente el sentido común son tan claros sobre el tema de la homosexualidad que el Magisterio de la Iglesia ha tratado muy poco de esta materia. (1)


1. En el Antiguo Testamento, además del castigo de Sodoma (Génesis 19), debemos citar la ley dada por Dios a Israel: Lev. 18, 22 designa a la sodomía como una abominación, Lev 20, 13 castigada con la muerte). En el Nuevo Testamento, San Pablo condena explícitamente este vicio en varias epístolas (Romanos 1, 24-32, que se citan a continuación 1 Cor 6,10: "Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los infames, ni los ladrones, [...] heredarán el reino de Dios (2)", 1 Tim 1,10, dice la misma manera que "los asesinos, los fornicarios, los infames [...](3)".


2. El sentido común también es suficiente para ver que este vicio es contra la naturaleza, puesto que utiliza al contrario de su finalidad natural una función que Dios ha dado para la transmisión de la vida. Una desviación así de grave, en un asunto tan importante para el bien común (el futuro de la sociedad depende de ello), resulta evidente que es gravemente pecaminosa.



Sin embargo, esto ya no aparece tan obvio para muchos de nuestros contemporáneos. Debemos ahora argumentar para defender lo que antes era evidente.

Comencemos pues el asunto, preguntando por qué y cómo se puede haber llegado a tal extremo.

Sobre este punto en particular la Sagrada Escritura, y San Pablo especialmente, van a aclararnos mucho.



San Pablo va hasta la raíz del mal


En el primer capítulo de su epístola a los Romanos, San Pablo no se limita, en efecto, a denunciar el vicio. Él establece claramente un vínculo causal entre la infidelidad (idolatría) y la impureza contra la naturaleza. Leamos el pasaje (Rom 1,18-32):


1. La idolatría de los gentiles es inexcusable, porque el verdadero Dios se manifiesta en la creación.

En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables; porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron  en sus razonamientos y su insensato corazón  se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,  cambiaron la gloria  del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles.


2. Consecuencia de esta maldad, Dios los abandonó a sus pasiones.

Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén.


3. Consecuencia (continuación): el vicio contra la naturaleza

Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío.


4. San Pablo repite su razonamiento: causa y consecuencia.

Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados, los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen.



San Pablo lo dice pues y lo repite: la ceguera moral llevada hasta la aprobación de los vicios contra la naturaleza es una consecuencia de la impiedad. Una máxima atribuida a San Agustín resume esta enseñanza: Este estigma no es sólo un pecado, es más bien el castigo del pecado (4)



La explicación de Santo Tomás


En su comentario sobre la Epístola a los Romanos, Santo Tomás de Aquino insiste también:

           

Cabe señalar que es con razón que el Apóstol pone los vicios contra la naturaleza -que son el más grave de los pecados de la carne- como castigo por la idolatría. Se percibe que estos defectos parecen haber comenzado a desarrollase con la idolatría - es decir, los días de Abraham, cuando se reconoce generalmente que la idolatría comenzó. Se lee en el capítulo 19 del Génesis que estos defectos han sido castigados por primera vez en la persona de los habitantes de Sodoma. Y del mismo modo, los vicios de este tipo han crecido progresivamente a medida que creció la idolatría. Así se lee en el segundo libro de los Macabeos que Jasón se atrevió a poner los jóvenes más nobles en lugares infames (5) y no fue el comienzo, sino el desarrollo y el progreso de la adopción de costumbres paganas (6)


El Doctor Angélico se refiere indirectamente al mismo tema en una cuestión de su Summa Theologica. Se pregunta por qué el rito de la circuncisión fue instituida en la época de Abraham, y no justo después de la caída original. Él respondió que en la época de Adán, incluso después del pecado, la fe y la razón natural era todavía lo suficientementeAbraham, la religión se había debilitado al punto que la mayoría de personas se volcaron a la idolatría, y a la vez, la razón natural estaba oscurecida por las pasiones de la carne hasta el punto de hacer caer al hombre en pecado contra la naturaleza. Por lo tanto, era el momento en que Dios instituyese, para el hombre, un rito que fuese al mismo tiempo la señal de la fe en Dios, y un remedio para el deseo carnal (7).


Encontramos así, en esta respuesta, el vínculo entre el progreso de la idolatría y el de los vicios contra la naturaleza. El primero es una falta contra la naturaleza divina, Dios permite como castigo la segunda, que va en contra de la naturaleza del hombre (8).



Confirmación en el siglo XVII


En el siglo XVII, el famoso exégeta Cornelius a Lapide (9) confirma esta explicación:


Las pasiones monstruosas son la pena de la infidelidad, la impiedad y la herejía (10).


Tras señalar que los herejes de su tiempo (protestantes) han manifestado la verdad de esta frase en sus costumbres (11), investiga la causa de ese vínculo entre la impiedad y la impureza. Da dos razones.


1. En primer lugar, porque donde no hay fe, no hay gracia de Dios; y donde no hay gracia de Dios, no encontramos la castidad, sino todo tipo de concupiscencias. Era justamente por eso que Lutero decía que la fornicación era tan necesaria al hombre como el alimento, y que se oye por todos lados, entre los innovadores, el axioma de que la castidad es imposible; porque, realmente, es imposible a Lutero y a los herejes. Eso es justo lo que San Jerónimo dijo: "Es difícil encontrar a un hereje que ame la castidad; aunque la pueda recomendar por palabras y alabarla".


2. En segundo lugar, a causa de que la herejía y la infidelidad nacen del orgullo, y que la pasión impura es el castigo del orgullo, del mismo modo en que la castidad es la recompensa de la humildad (12).



Confirmación al día de hoy


La conclusión se impone por sí misma: la repugnante invasión de los vicios de Sodoma en nuestros países -y su formalización por infames leyes- no son sólo azotes sociales. Son también, y principalmente, castigos.

Nuestros países son, hace tiempo, oficialmente apóstatas; oficialmente ateos. Incluso, por la ideología de los derechos humanos, oficialmente idólatras. Por tanto, es natural, lógico, necesario, que estas costumbres se instalen en ellos. San Pablo dijo:


No tienen excusa, porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, y le dieron gracias, sino que se entregaron a sus deseos y sus corazones sin inteligencia se hundieron en la oscuridad. [...] Por eso Dios los entregó a las pasiones vergonzosas [...] Ya que no se preocuparon por conocer a Dios, Dios los entregó a su mente réproba.



Esto no quiere decir que en el orden individual sólo un idólatra, o un impío, puedan experimentar las tentaciones contra la naturaleza. Todos los seres humanos están marcados por el pecado original y el desorden de la naturaleza se manifiesta de diferentes maneras en cada uno. Sin contar las patologías propiamente dichas, uno nacerá más propenso a la ira, el segundo fue la pereza, y otro más vulnerable a tal o cual tentación de lujuria. Una educación inadecuada, choques psicológicos mal curados u ocasiones precoces de escándalo podrán exacerbar y agravar esta herida, en la fragilidad de la infancia o la adolescencia. En este caso, como frente a cada uno de los pecados capitales, sólo la lucha diaria, con la oración y la gracia de Dios, permitirá superar el vicio y establecer la virtud.


Pero en el orden público, aquel de cada nación, la aceptación del vicio contra la naturaleza, tal como lo estamos experimentando hoy en día, no puede ser más que un castigo. La paganización de las costumbres es la consecuencia inevitable de la paganización de las ideas.

Los vicios (homosexuales) contra la naturaleza también son contra Dios: Santo Tomás de Aquino

 



¿Qué dice el Doctor Angélico sobre el pecado de sodomía? Santo Tomás de Aquino lo considera incalificable, porque cometer el pecado contra natura hace que el hombre se degrade incluso más allá de su naturaleza animal.


Este es el tono severo que siempre adoptaron los Doctores de la Iglesia con respecto a este vicio, hasta la entrada en escena del Concilio Vaticano II y sus tolerantes posturas sobre la moral.

Santo Tomás de Aquino

"Se llaman pasiones de ignominia (los pecados contra la naturaleza) porque no son dignas de ser nombradas, según aquel pasaje de Efesios 5:12: 'Porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que hacen en secreto'.

«Pues si los pecados de la carne son comúnmente censurables porque conducen al hombre a lo que es bestial en él, mucho más lo es el pecado contra la naturaleza, por el cual el hombre se degrada incluso por debajo de su naturaleza animal» ( Super Epistulas Sancti Pauli Ad Romanum I, 26, pp. 27-28).

En la Summa Theologiae , Santo Tomás explica que cuando se viola el orden de la naturaleza, se inflige una lesión a Dios, el Autor de la naturaleza, lo que hace que el pecado homosexual sea aún más grave:

«Así como el orden de la recta razón procede del hombre, así también el orden de la naturaleza proviene de Dios mismo: por lo tanto, en los pecados contra la naturaleza, por los cuales se viola el orden mismo de la naturaleza, se inflige una lesión a Dios, el Autor de la naturaleza».

Por eso dice Agustín ( Confes . 3, 8): «Esas infames ofensas contra la naturaleza deberían ser detestadas y castigadas en todo tiempo y lugar, como las del pueblo de Sodoma, que si todas las naciones las cometieran, serían culpables del mismo delito, según la ley de Dios, que no creó a los hombres de tal manera que se abusaran unos a otros.

Porque incluso esa misma relación que debería existir entre Dios y nosotros se viola cuando esa misma naturaleza, de la que Él es el Autor, se contamina con la perversidad de la lujuria.» (II, II, q. 154, a. 12)

Apud Atila S. Guimaraes,
TIA, 2004, pp. 26-27


San Agustín en sus famosas confesiones condenó el vicio de la homosexualidad:

Así pues, todos los pecados contra naturaleza, como fueron los de los sodomitas, han de ser detestados y castigados siempre y en todo lugar, los cuales, aunque todo el mundo los cometiera, no serían menos reos de crimen ante la ley divina, que no ha hecho a los hombres para usar tan torpemente de sí, puesto que se viola la sociedad que debemos tener con Dios cuando dicha naturaleza, de la que él es Autor, se mancha con la perversidad de la libídine. (San Agustín. Las Confesiones, L. III, c.8, n.15)

 San Agustín en su obra De Adulterin. Coniugiis : De todos éstos, es decir, de los pecados pertenecientes a la lujuria, el peor es el que va contra la naturaleza.

2 Pedro 2:6 Dios también condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, quemándolas hasta dejarlas hechas cenizas, para que sirvieran de ejemplo de lo que habría de suceder a los malvados (poniéndolas para escarmiento de los que vivirán impíamente).

1 Timoteo 1:9-10
 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina.

SUMA TEOLÓGICA

IIa-IIæ

CUESTIÓN 154

LAS ESPECIES DE LA LUJURIA

El pecado contra la naturaleza, ¿es una especie de la lujuria?

Objeciones por las que parece que el pecado contra la naturaleza no es una especie de la lujuria:

1ª. En la anterior enumeración de las especies de lujuria no se menciona el vicio contra la naturaleza. Luego no es una especie de lujuria.

2ª. La lujuria se opone a una virtud, y como tal queda incluida bajo la malicia. Pero el vicio contra la naturaleza no está contenido bajo la malicia, sino bajo la bestialidad, según atestigua Aristóteles, en VII Ethic. Luego el vicio contra la naturaleza no constituye una especie de lujuria.

3ª. La lujuria tiene como materia propia actos ordenados a la generación humana. Pero el vicio contra la naturaleza se refiere a actos de los que no puede seguirse la generación. Luego no es una especie de la lujuria.

Contra esto está el pasaje de II Cor., 12, 21, donde figura el vicio contra la naturaleza al enumerar otras clases de lujuria: No hicieron penitencia de su inmundicia, de su fornicación y su lascivia; sobre lo cual comenta la GlosaInmundicia, es decir, lujuria contra la naturaleza.

Respondo que existe una determinada especie de lujuria en la que hay una razón de torpeza que hace que el acto venéreo sea malo.

Esto puede darse bajo un doble aspecto.

En primer lugar, porque choca contra la recta razón, como sucede en todo vicio de lujuria.

En segundo lugar, porque se opone también al mismo orden natural del acto venéreo apropiado a la especie humana, y entonces se llama vicio contra la naturaleza.

Esto puede suceder de varios modos.

Primero, si se procura la polución sin coito carnal, por puro placer, lo cual constituye el pecado de inmundicia, al que suele llamarse molicie.

En segundo lugar, si se realiza el coito con una cosa de distinta especie, lo cual se llama bestialidad.

En tercer lugar, si se realiza el coito con el sexo no debido, sea de varón con varón o de mujer con mujer, como dice el Apóstol en Rom., 1, 26-27, y que se llama vicio sodomítico.

En cuarto lugar, cuando no se observa el modo natural de realizar el coito, sea porque se hace con un instrumento no debido o porque se emplean otras formas bestiales y monstruosas antinaturales.

A las objeciones:

1ª. En la objeción se enumeran las especies de lujuria que no se oponen a la naturaleza humana; por eso no se alude al vicio contra la naturaleza.

2ª. La bestialidad se distingue de la malicia, que se opone a la virtud humana en cuanto a un exceso acerca de la misma materia. Por eso puede incluirse en el mismo género.

3ª. El lujurioso no busca la generación humana, sino el placer venéreo, que puede experimentarse sin realizar actos de los cuales se sigue la generación. Y esto es lo que se busca en el vicio contra naturaleza.




Santa Caterina de Siena y San Bernardino de Siena, llegaron a afirmar que la sodomía es el pecado más grave después del pecado en contra del Espíritu Santo, sin embargo, si se practica la sodomía persistentemente, en violación de los mandamientos de Dios, también se convierte en un pecado en el cual no hay perdón: “… Los que cometen el pecado maldito contra la naturaleza, son tales como los tontos y los ciegos, después de haber eclipsado a la luz de su inteligencia, no se dan cuenta del hedor y la miseria en la que están …” (Santa Catalina de Siena, el diálogo de la Divina Providencia, cap. 124)


martes, 10 de junio de 2025

Prevost instrumentalizó la fiesta de Pentecostés para promover la agenda izquierdista de fronteras abiertas de Soros

 


Prevoist, critica la protección de las fronteras - ReligiónLaVozLibre

Hipocresía: Prevost pide fronteras abiertas mientras el Vaticano tiene las políticas antiinmigración más estrictas.




Prevost usó astutamente Pentecostés para incitar a la insurrección contra las deportaciones masivas de Trump: El Espíritu Santo nos inspira a “derribar muros”



Así es la ley de inmigración de la Ciudad del Vaticano, una de las más estrictas de Europa - ZENIT - Espanol


Zenit: La Ciudad del Vaticano no permite la inmigración ilegal de ninguna forma y tiene, ciertamente, una de las legislaciones sobre ciudadanía, residencia e inmigración más estrictas de Europa.

Sólo 618 personas tienen la ciudadanía vaticana.


La Ciudad del Vaticano no permite la inmigración ilegal.


(ZENIT News / Roma, 30.08.2024).- La Ciudad del Vaticano, aunque más conocida como el corazón espiritual y administrativo de la Iglesia católica romana, es también un estado soberano único regido por sus propias leyes civiles. A pesar de su pequeño tamaño y población, esta ciudad-estado está rigurosamente salvaguardada, tanto física como legalmente, bajo un conjunto de estrictas regulaciones que definen sus fronteras, ciudadanía y residencia.



Bergoglio endureció las penas por entrar ilegalmente al Vaticano.




Bergoglio apoya movimiento izquierdista financiado por Soros responsables de los disturbios civiles en Estados Unidos | Enraizados en Cristo





martes, 3 de junio de 2025

Antes de la celebración del Día de los Mártires de Uganda, se informa de una explosión cerca del Santuario de los Mártires de Uganda

 


En la mañana del 3 de junio se produjo una explosión a unos 500 metros del Santuario de los Mártires de Uganda, en Munyonyo. El ejército ugandés (UPDF) informó de que había ocurrido durante una operación antiterrorista.

"Una unidad antiterrorista de las UPDF interceptó y neutralizó a dos terroristas armados en Munyonyo", declaró un portavoz según Fides.org, añadiendo que la misión había sido dirigida por los servicios de inteligencia.

La seguridad permanece reforzada para las celebraciones del Día de los Mártires.

El Día de los Mártires honra a 45 ugandeses conversos - 22 católicos y 23 anglicanos - que fueron ejecutados entre 1885 y 1887 por negarse a cometer actos homosexuales con el rey.

Declarado Basílica Menor en 2019, el santuario de Munyonyo atrae cada año a unos 2,5 millones de peregrinos.

Los informes preliminares sugieren que los atacantes llevaban chalecos explosivos y tenían como objetivo la basílica.

"Nuestra unidad de combate abrió fuego, provocando una explosión que los mató", declaró una fuente militar. Los cuerpos desmembrados de los terroristas fueron encontrados en el lugar de los hechos, junto con los restos de una motocicleta que quedó destruida en la explosión.






Santos Mártires de Uganda Protectores contra la homosexualidad, el paganismo y la apostasía

  


Mártires por defender su pureza y la fe

Santos Mártires de Uganda Protectores contra la Homosexualidad, el Paganismo y la Apostasía
“Pueden quemar nuestros cuerpos pero no pueden dañar nuestras almas”.


En 1920, el Papa Benedicto XV los proclamó beatos. Catorce años después, en 1934, el Papa Pío XI nombró a Carlos Lwanga "Patrón de la juventud del África cristiana".



Entre los años 1885 y 1887, apenas iniciada la nueva evangelización de África, un centenar de cristianos de Uganda,  fueron condenados a muerte por el rey Mwanga que se había pervertido con el vicio de la sodomía.

El rey Mwanga mandó  a quemar vivos, torturar, desmembrar, castrar y ejecutar a sus servidores que se habían hecho cristianos en Uganda y que se opusieron a ceder al vicio contra-natura, ellos eligieron la muerte antes que ofender a Dios.

Martirologio Romano:

 Memoria de los santos Carlos Lwanga y doce compañeros, todos ellos de edades comprendidas entre los catorce y los treinta años, que perteneciendo a la corte de jóvenes nobles o al cuerpo de guardia del rey Mwanga, de Uganda, y siendo neófitos o seguidores de la fe católica, por no ceder a los deseos impuros del monarca murieron en la colina Namugongo, degollados o quemados vivos ( 1886).

Mártires ugandeses de la pureza: 
Fueron martirizados porque siendo coherentes  con su fe en Cristo, no cedieron a los deseos impuros (de Sodomía -homosexualidad) del monarca, fueron torturados y asesinados en la colina de Namugongo en Uganda, el 3 de junio de 1886, unos degollados y otros quemados vivos. Estos son los nombres de los que se les hizo el reporte: Calos Lwanga, Mbaya Tuzinde, Bruno Seronuma, Santiago Buzabaliao, Kizito, Ambrosio Kibuka, Mgagga, Gyavira, Aquiles Kiwanuka, Adolfo Ludigo Mkasa, Mukasa Kiriwanvu, Anatolio Kiriggwajjo y Lucas Banabakintu.-



San Carlos Lwanga le dijo a su verdugo:
“Es como si me estuvieras echando agua. Por favor, arrepiéntete y vuélvete cristiano como yo”.
“ Estas llamas son un regalo para mí.
Estas llamas aguardan a mis hermanos cristianos.

Gustoso voy a ser consumidos por el fuego.

Gustoso voy a entrar en el fuego del Amor Divino.”


Mientras los mártires Cristianos de Uganda fueron torturados y sacrificados ellos cantaban himnos a Dios.



San Carlos Lwanga
Patrono de los jóvenes católicos de África
 
San Carlos Lwanga fue uno de los veintidós mártires ugandeses que fueron convertidos del paganismo por la Sociedad de Misioneros de África. Jefe de los pajes reales, Carlos finalmente se convirtió en un líder moral: protegió a los otros pajes de las demandas inmorales del gobernante de Babandan, Mwanga, y los instruyó en la fe católica, incluso bautizando a algunos de ellos. Inspiró y animó a sus compañeros a permanecer castos y fieles a Dios incluso a través del encarcelamiento y la persecución. 

Ofrecemos esta oración como Novena en honor a los Santos Mártires de Uganda para pedir a Dios por medio de su poderosa intercesión  la gracia de poder defender con valentía nuestra fe y dar un testimonio cristiano coherente contra la ideología de género



Súplica a los Santos mártires de Uganda:

“Os encomendamos a los jóvenes de nuestro tiempo para que sepan defender valientemente su pureza contra todos los corruptores, y para que nunca jamás se dejen robar por nadie su fe católica”.
Oración del Santuario de los Santos Mártires de Uganda (Traducida al Español) 

Oh Jesús, nuestro Señor y Redentor, a través de tu pasión y muerte, te adoramos y te damos gracias. 
Santa María, Madre y Reina de los Mártires, alcánzanos la santificación por medio de nuestros sufrimientos.
Santos Mártires, los seguidores de Cristo sufriente, obténganos la gracia de imitarlos.
San José Balikuddembe, el primer mártir de Uganda, quien inspiró y alentó a Nephytes, nos obtenga un espíritu de verdad y justicia.
San Carlos Lwanga, patrón de la Juventud de la Acción Católica  nos obtenga una fe firme y perseverante.
San Matías Mulumba, ideal Jefe y seguidor de Cristo, manso y humilde, nos obtenga una mansedumbre cristiana.
San Dionisio Sebuggwawo, celosos de la fe cristiana y conocido por su modestia, obtenga para nosotros la virtud de la modestia.
San Andrés Kaggwa, catequista modelo y maestro, nos obtenga un amor de la enseñanza de Cristo.
San Kizito, resplandeciente niño en la pureza y la alegría cristiana, nos obtenga el don de la alegría en el Señor.
San Gyaviira, brillante ejemplo de cómo perdonar y olvidar las lesiones, nos obtenga la gracia de perdonar a los que nos perjudican.
San Mukasa, catecúmeno ferviente recompensado con el bautismo de su sangre, nos obtenga el don de la perseverancia final.
San Adolfus Ludigo, brillante por su seguimiento de nuestro Señor, por su espíritu de servicio a los demás, nos obtenga un amor de servicio desinteresado.
San Anatoli Kiriggwajjo, humilde servidor que prefirió una vida devota a los honores mundanos, nos obtenga a amar la piedad más que las cosas terrenales.
San Ambrosio Kibuuka, joven lleno de alegría y amor al prójimo, nos obtenga la caridad fraterna.
San Aquiles Kiwanuka, que por el bien de Cristo detestaba vanas prácticas supersticiosas, obtén para nosotros el odio santo a las prácticas supersticiosas.
San Juan Muzeeyi, consejero prudente, famoso por la práctica de las obras de misericordia, nos obtenga un amor de esas obras de misericordia.
Bendito Jildo Irwa y el Bienaventurado Daudi Okello que dieron su vida por la propagación de la fe católica, nos alcancen  el deseo ferviente de difundir la fe católica.
San Pontaianus Ngondwe, fiel soldado, que anhelaba de la corona del martirio, nos obtenga la gracia de ser siempre fieles a nuestro deber.
San Atanasio Bazzekuketta, fiel mayordomo de la hacienda real, obtén  para nosotros un espíritu de responsabilidad.
San Mbaaga, que prefirió la muerte a las creencias de sus padres, nos obtenga la gracia de seguir con desprendimiento las inspiraciones divina.
San Gonzaga Gonza, lleno de compasión por los presos, y todos los que estaban en problemas, obtén para nosotros el espíritu de la misericordia.
San Noe Mawaggali, humilde trabajador y amante de la pobreza evangélica, nos obtenga el amor de la pobreza evangélica.
San Lucas Baanabakintu, que ardientemente desea imitar el sufrimiento de Cristo por el martirio, nos obtenga el amor por la patria.
San Bruno Serunkuuma, soldado que dio un ejemplo de arrepentimiento y la templanza, nos obtenga la virtud del arrepentimiento y la templanza.
San Mugagga, joven conocido por su castidad heroica, nos obtenga el don de la perseverancia en la castidad.
Que los Santos Mártires, firmes en su fidelidad a la verdadera Iglesia de Cristo, nos ayuden a ser siempre fieles a la verdadera Iglesia de Cristo.

Oremos:
Señor Jesucristo, que maravillosamente fortaleciste a los Santos Mártires de Uganda San Carlos Lwanga, Matías Mulumba, el Santo Jildo Irwa, a San Daudi Okello y sus compañeros, dándonoslos a nosotros como ejemplos de fe y fortaleza, de castidad, de caridad, y de fidelidad; te rogamos, que por su intercesión, las mismas virtudes puedan aumentar en nosotros, y que podamos merecer ser propagadores de la fe verdadera. Tu que vives y Reinas por siempre. Amén


 
 


Oh Santos Mártires de Uganda, os rogamos que nos protejáis contra la ideología de género, contra el paganismo y contra la apostasía.