El (apostata) sacerdote Gilles Mongeau S.J., viceprovincial de los jesuitas canadienses, dijo a VaticanNews.va (28 de julio) que los jesuitas usan ceremonias indígenas en los servicios religiosos "católicos".
Esto implica llamar a los espíritus de los muertos y venerar deidades [= demonios] como la madre tierra. Aparte de eso, este jesuita (en la foto) está fuertemente involucrado en otras aberraciones.
Bergoglio y el régimen anticatólico canadiense invocaron a los demonios
Ha celebrado “Misas gay” durante una década en Toronto. TorontoCatholicWitness.blogspot.com lo llama “el principal sacerdote homosexual de Canadá”.
Está profundamente involucrado con la organización homosexual "Ministerios Todos Incluidos" (abajo hay fotos de los servicios del arcoíris de Mongeau).
Bergoglio desafiando la Ley Natural Divina y la Iglesia vuelve a elogiar la corrupta agenda anticatólica Pro Gay de James Martin
Santo Tomás de Aquino explicando Romanos 1 señala que los sodomitas son idólatras.
Dado que el pecado de impiedad por el cual [los Romanos] pecaron contra la naturaleza divina [por idolatría], el castigo que los llevó a pecar contra su propia naturaleza los siguió.... Digo, por lo tanto, que puesto que cambiaron con mentiras [por idolatría] la verdad sobre Dios, El los trajo a las pasiones ignominiosas, es decir, a los pecados contra la naturaleza; no que Dios los condujera al mal, sino que solamente los abandonó al mal...
Santo Tomás de Aquino comentando Romanos 1:(Rm 6,23): El salario del pecado es la muerte. Todos sus ídolos serán quemados al fuego (Miq 1,7). Y es de notarse que muy razonablemente les asigna el Apóstol a los vicios contra natura, que son gravísimos entre los pecados carnales, la pena de la idolatría (...)“Ellos (los pecados contra la naturaleza) se llaman pasiones de la ignominia, porque no son dignos de ser nombrado, de acuerdo con el pasaje de Efesios 5:12: ” Porque las cosas que ellos hacen en secreto, da pena, incluso a hablar de ellas, “porque si los pecados de la carne son comúnmente censurable porque conducen al hombre a aquello que es bestial en él, mucho más lo es el pecado contra la naturaleza, por el cual el hombre se rebaja a sí mismo más bajo aún que su naturaleza animal” ( Súper Epistulas Sancti Pauli ad Romano I, 26, pp. 27-28).
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