“No déis lo santo a los perros ni arrojéis vuestras perlas delante de los puercos”.
Las Escrituras dan el nombre de perros a los paganos, apóstatas y sodomitas. También llama perros mudos a los pastores infieles que no advierten al rebaño a su cargo de los peligros espirituales y sólo se preocupan por sus propias ganancias.
Deuteronomio 23:18
Perros también se refiere a los “falsos hermanos” de los días posteros (II Tim. 3, 5).
Filipenses 3: 2 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.
Apocalipsis 22:15 – Biblia Torres Amat 1825
Queden fuera los perros, y los hechiceros, y los deshonestos, y los homicidas, y los idólatras, y todo aquel que ama y practica la mentira.
Sagrada Biblia traducida y comentada por Mons. Juan Straubinger: Más fuerte es el sentido que le da en Mat. 7, 6 aplicándolo a los que sería inútil evangelizar, pues rechazando la Palabra de amor de Dios (Juan 12, 48) se excluyen de la sangre salvadora del Cordero (v. 14) y bien merecen el nombre de perros.
Había mandado el Señor, antes de ahora, amar a los enemigos y hacer bien a los que nos aborrecen y hacen mal; y para que los sacerdotes no piensen que también deben concederles las cosas divinas, les advirtió sobre esta idea, diciendo: "No déis lo santo a los perros", como si dijese: "Os he mandado amar a vuestros enemigos y hacer bien a los que os perjudican con vuestros bienes materiales". Pero no con vuestros bienes espirituales, porque vuestros enemigos son iguales a vosotros en cuanto a la naturaleza, no en cuanto a la fe. Dios concede los beneficios terrenos lo mismo a los dignos que a los indignos, pero no así las gracias espirituales.
Son perros los que combaten la verdad, y consideramos como puercos a los que la menosprecian. Como los perros se arrojan para morder, y como destrozan lo que muerden no dejándolo entero como estaba antes, dijo: "No déis lo santo a los perros", porque en cuanto pueden, si está a su alcance, se esfuerzan en destruir la verdad. Los puercos, aunque no tienen tanto instinto de morder como los perros, andando por el fango todo lo ensucian, y por ello añade: "Ni echéis vuestras perlas ante los puercos".
O bien los perros son aquellos que han vuelto a su vómito, y los puercos los que, aún no convertidos, se revuelcan en el cieno de los vicios (ver Prov 26,11; 2Pe 2,22).
Bergoglio y sus cómplices traicionan a Cristo y le arrojan las perlas a los puercos.
San Remigio:«¡Ay también de todos los que se acercan a la sagrada mesa con maligna y manchada conciencia! Porque aunque no entreguen al Salvador a los judíos para que lo crucifiquen, lo entregan como alimento a sus inicuos miembros. Y para explicarlo más añade: “Más le valiera a aquel hombre no haber nacido”.» (Catena Aurea)
«¡Ay también de todos los que se acercan a la sagrada mesa con maligna y manchada conciencia! Porque aunque no entreguen al Salvador a los judíos para que lo crucifiquen, lo entregan como alimento a sus inicuos miembros. Y para explicarlo más añade: “Más le valiera a aquel hombre no haber nacido”.» (Catena Aurea)
Condenando el vicio de la homosexualidad San Pablo advirtió que los sodomitas promueven y apoyan la Sodomía.
Los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican. Romanos 1:32
"Hijos de maldición"
2 Pedro 2
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