martes, 1 de julio de 2025

Prevost niega la divinidad de Cristo

 León XIV minimiza la multiplicación de los panes como "milagro de compartir" - Igual que Francisco – Gloria.tv



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León XIV envió un mensaje a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), escribiendo sobre la "multiplicación de los panes" en el Evangelio:

"Nos damos cuenta de que el verdadero milagro realizado por Cristo fue mostrar que la clave para superar el hambre está en compartir y no en acaparar con avaricia".





Esta afirmación parece reflejar el espíritu del Papa Francisco. En múltiples ocasiones, incluso en el Ángelus del 2 de junio de 2013, Francisco habló de la multiplicación de los panes: "Este es el milagro: más que multiplicación, es compartir, inspirados por la fe y la oración".

San Ambrosio
“Incluso los herejes parecen poseer a Cristo, ya que ninguno de ellos niega el nombre de Cristo. Aun así, cualquiera que no confiesa todo lo que pertenece a Cristo, de hecho niega a Cristo”.

Prevost difunde el falso evangelio de Bergoglio

En las revelaciones a  Santa Brígida Cristo reprocha la infidelidad del Clero: “Ellos no hablan de mis acciones maravillosas ni enseñan mi doctrina, al contrario, enseñan amor al mundo”(4.132).»

 

Papa León XIII: “No puede haber nada más peligroso que aquellos herejes que admiten casi todo el ciclo de la doctrina y, sin embargo, con una sola palabra, como con una gota de veneno, infectan la Fe real y simple enseñada por Nuestro Señor y transmitida por la Tradición Apostólica”. (Auctor Tract. de Fide Ortodoxa contra Arianos).


La multitud no aprendió el tal gran “milagro de compartir” que descaradamente promueven estos heresiarcas, ya que el mismo Jesucristo les reprocha al día siguiente que lo buscaban por interés propio.

Juan 6:26 Jesús les respondió, y dijo: “En verdad, en verdad os digo: Que me buscáis, no por los milagros que visteis, mas porque comisteis del pan y os saciasteis.

 

San Agustín In Ioannem tract., 24.

Como multiplica las plantas por medio de unas pocas semillas, también multiplicó los cinco panes en las manos de los que los distribuían. El poder estaba en las manos de Jesucristo. Multiplicó aquellos cinco panes que eran como las semillas no arrojadas a la tierra, sino multiplicadas por Aquél que hizo la misma tierra.

 

León XIII: Toda verdad revelada, sin excepción, debe ser aceptada

El Papa León XIII en su Encíclica Satis cognitum declara que la Iglesia debe considerar como “rebeldes” y expulsar de sus filas a todo aquel que tenga creencias en cualquier punto de la doctrina diferente a la suya.






Beda

Mas las multitudes, cuando vieron el milagro que había hecho el Señor, se admiraban, porque todavía no habían comprendido que Jesús era Dios. Y por eso añade el evangelista: «Aquellos hombres, -como eran carnales, y todo lo entendían en sentido material-, decían: éste es verdaderamente el profeta que ha de venir al mundo».

 




Prevost no da un sermón que lleve al arrepentimiento, sino que utiliza el Evangelio para ofrecer un discurso político naturalista con fines puramente materialistas.

Prevost, en lugar de centrarse en cómo este milagro de Jesús da testimonio de su divinidad, desplaza su atención hacia la multitud e inventa el supuesto "milagro del compartir".


La herejía es asunto de la humana temeridad, y no puesto de la divina autoridad: cuando viene, siempre quiere enmendar el Evangelio. (Tertuliano)

 




Y acercándose el tentador le dijo: "Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan". Quien respondiendo dijo: "Está escrito, no de sólo pan vive el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios". 

Rábano (Catena Aurea):

Este testimonio está tomado del Deuteronomio. Por lo que, si alguno no se alimenta de la palabra de Dios, no puede vivir, porque así como el cuerpo humano no puede vivir sin el alimento terreno, así el alma no puede vivir sin la palabra de Dios. Se dice que la palabra procede de la boca de Dios, cuando manifiesta su voluntad, por medio de las Sagradas Escrituras.


La Iglesia ha condenado la herejía del naturalismo y el racionalismo. Cabe destacar que Prevost promueve ambas ideas heréticas. Prevost no proclama el Evangelio de Cristo como el Redentor del Mundo que nos salva del pecado y la muerte eterna, sino que, como explicó el

arzobispo Fulton Sheen en Las tentaciones de Cristo en el desierto, el diablo quería que Cristo se convirtiera en un socialista que acabara con la pobreza y el hambre material, y lo tentó para que abandonara su misión redentora y convirtiera las piedras en pan. Judas el Traidor tampoco buscó a Cristo como el Salvador del Mundo, sino como un reformador socialista que resolvería los problemas materiales de su tiempo. Prevost hace exactamente lo mismo que Satanás, transformando a su falso «cristo» en un socialista que busca saciar el hambre material. Cabe destacar también que Prevost se dirige a un público ateo/agnóstico, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuyo objetivo supuestamente es acabar con el hambre material, ignorando a Dios. Prevost habla como cualquier político de izquierda y omite maliciosamente enseñarles que Jesús reprendió a la multitud por buscarlo solo para satisfacer su hambre material, y el peligro de rechazar a Jesús al no aceptarlo como Redentor (Juan 6:66), quien vino a salvarnos del pecado que conduce a la condenación eterna y a remediar nuestra hambre espiritual. Prevost peca por omisión al no recordarles que fuimos expulsados del Paraíso para que, en estado de pecado mortal, no comiéramos del Árbol de la Vida Eterna y fuéramos condenados eternamente. Peca por omisión al no anunciarles que Cristo bajó del Cielo para que pudiéramos comer el verdadero Pan en la Santa Eucaristía que da vida eterna.



Crisóstomo in Ioannem hom. 43

Pero la mansedumbre y la bondad no siempre son útiles. Con el discípulo desaplicado y torpe conviene usar del aguijón del estímulo. Esto es lo que hace aquí el Hijo de Dios. Cuando vinieron las multitudes y lo halagaban diciendo: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?", para manifestar que no ambiciona el honor que procede de los hombres, sino que únicamente se propone la salvación de los demás, les contesta reprendiéndoles, no sólo a fin de corregirles, sino queriendo darles a conocer aun lo mismo que pensaban. Prosigue: "Jesús les respondió y les dijo: en verdad, en verdad os digo que me buscáis, no por los milagros que habéis visto", etc.

 



San Agustín In Ioannem tract., 25.

Como diciendo: me buscáis por cosas materiales y no con fines espirituales.

 



Alcuino
Hablando en sentido espiritual, puede decirse que al día siguiente -esto es, después de la Ascensión de Jesucristo-, estando de pie la multitud -en las buenas acciones y no recostada en las pasiones de la tierra-, espera que venga Jesús a ella. Había una sola nave, y ésta es la Iglesia. Porque las demás naves que vinieron después son las sectas de los herejes, las cuales buscan sus propios intereses y no la gloria de Jesucristo ( Flp 2,21). Por esto muy oportunamente se les dice: "Me buscáis porque habéis comido el pan".

 






San Gregorio Moralium 23, 26


Por la persona de éstos, el Señor aparta también a los que dentro de su propia Iglesia y habiéndose acercado al El por las sagradas órdenes, no buscan en ellas los méritos de las virtudes, sino la satisfacción de los asuntos del mundo. El haber seguido al Señor después de saciados, equivale a haber recibido de la Iglesia los alimentos necesarios. Y no siguen al Señor por sus milagros, sino por los alimentos, creyendo que cumplen con el deber de la religión ansiando los auxilios corporales, sin que se cuiden del fomento de las virtudes.






Prevost no predica el Verdadero Evangelio de Cristo que lleva al arrepentimiento y a la conversión de Vida que tiene como objetivo la Santidad.




Santo Tomás de Aquino: El objeto de la fe y de la herejía es, por tanto, el depósito de la fe, o sea, la suma total de las verdades reveladas por la Escritura y la Tradición según nos la propone la Iglesia para que la creamos. El creyente acepta la totalidad del depósito según lo propone la Iglesia; el hereje acepta sólo aquellas partes que su juicio le recomienda. (II-II: 11)




Sin Arrepentimiento no hay Salvación


San Juan Bautista comenzó su predicación con un llamado al arrepentimiento, Jesucristo comienza su ministerio público llamando al arrepentimiento, San Pedro comienza su ministerio público llamando al arrepentimiento "Arrepentíos, y que cada uno de ustedes sea bautizado en el Nombre de Jesús, el Mesías, para que sus pecados sean perdonados..." y los exhortó diciendo: "Aléjate de esta generación malvada y sálvate a ti mismo". Y San Pablo señala que su ministerio consistió en llamar al arrepentimiento y a la conversión a judíos y gentiles. San Pablo lo explica en su defensa ante el rey Agripa: "Primero anuncié a los que están en Damasco y Jerusalén, y en toda Judea, y a los gentiles, que se arrepientan y se conviertan a Dios" (Hechos de los apóstoles 26, 20).