Cobo de Madrid es parte de un grupo de presión pro-homosexual
Gloria TV Noticias:
San Juan Crisóstomo advirtió: “Pocos Obispos se salvan y muchos sacerdotes se condenan”.
“Alguien que vivió practicando el vicio de la sodomía sufrirá más dolores en el infierno que cualquier otro, porque este es el peor pecado que existe .” San Bernardino de Siena
“… Los que cometen el pecado maldito contra la naturaleza, son tales como los tontos y los ciegos, después de haber eclipsado a la luz de su inteligencia, no se dan cuenta del hedor y la miseria en la que están …” (Santa Catalina de Siena, el diálogo de la Divina Providencia, cap. 124)
Congregación para la Doctrina de la Fe.Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral de las personas homosexuales.Ningún programa pastoral auténtico podrá incluir organizaciones en las que se asocien entre sí personas homosexuales, sin que se establezca claramente que la actividad homosexual es inmoral. Una actitud verdaderamente pastoral comprenderá la necesidad de evitar las ocasiones próximas de pecado a las personas homosexuales.Deben ser estimulados aquellos programas en los que se evitan estos peligros. Pero se debe dejar bien en claro que todo alejamiento de la enseñanza de la Iglesia, o el silencio acerca de ella, so pretexto de ofrecer un cuidado pastoral, no constituye una forma de auténtica atención ni de pastoral válida. Sólo lo que es verdadero puede finalmente ser también pastoral. Cuando no se tiene presente la posición de la Iglesia se impide que los hombres y las mujeres (con atracciones hacia personas del mismo sexo) reciban aquella atención que necesitan y a la que tienen derecho.
Padre Félix Sardà: "El clérigo apóstata es el primer factor que busca el diablo para esta su obra de rebelión. Necesita presentarla en algún modo autorizada a los ojos de los incautos, y para eso nada le sirve tanto como el refrendo de algún ministro de la Iglesia. Y como, por desgracia, nunca faltan en ella clérigos corrompidos en sus costumbres, camino el más común de la herejía; o ciegos de soberbia, causa también muy usual de todo error; de ahí que nunca le han faltado a éste apóstoles y fautores eclesiásticos, cualquiera que haya sido la forma con que se ha presentado en la sociedad cristiana".
Padre Felix Sardá y Salvany:Los propagadores y fautores de herejías han sido en todos tiempos llamados herejes. como los autores de ellas. Y como la herejía ha sido siempre considerada en la Iglesia como gravísimo mal, a tales fautores y propagadores ha llamado siempre la Iglesia malos y malvados.
«La peste» del "careerismo" que promovió el propio Bergoglio.
El arribista anticatólico José Cobo Cano es otro activista gay que debe su "carrerismo" al apostata Jorge Bergoglio.
Esta secta de homosexuales marxistas infiltrados en el sacerdocio conspira contra la Iglesia fundada por Jesucristo.
San Ignacio de Loyola:«No deberían tolerarse curas o confesores que estén tildados de herejía, y a los convencidos de ella habríase de despojar de todas las rentas eclesiásticas; que más vale estar la grey sin pastor, que tener por pastor a un lobo. »
Según la CDF, José Cobo Cano “no está en plena comunión con la Iglesia Católica”. 15 Quien niegue estas verdades estaría en posición de rechazar una verdad de la doctrina católica16 y, por lo tanto, dejaría de estar en plena comunión con la Iglesia Católica. Para que un sacerdote esté en comunión con la Iglesia, debe aceptar la doctrina moral católica. La doctrina católica es un todo: se acepta en su totalidad o se rechaza en su totalidad. PROFESIÓN DE FE “También acepto y mantengo firmemente todo lo propuesto definitivamente por la Iglesia en cuanto a la enseñanza sobre la fe y la moral”.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, fue fundada por Pablo III en 1542 con la Constitución “Licet ab initio“, para defender a la Iglesia de las herejías. Es la más antigua de las nueve Congregaciones de la Curia.
— El texto de la « Profesión de Fe y del Juramento de fidelidad al asumir un oficio que se ha de ejercer en nombre de la Iglesia », publicados por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 9 de enero de 1989 (AAS 81 [1989] 104-106).
§ 2. Así mismo se han de aceptar y retener firmemente todas y cada una de las cosas sobre la doctrina de la fe y las costumbres propuestas de modo definitivo por el magisterio de la Iglesia, a saber, aquellas que son necesarias para custodiar santamente y exponer fielmente el mismo depósito de la fe; se opone por tanto a la doctrina de la Iglesia católica quien rechaza dichas proposiciones que deben retenerse en modo definitivo.
Can. 1436
§ 1. Quien niega alguna verdad que se debe creer por fe divina y católica, o la pone en duda, o repudia completamente la fe cristiana, y habiendo sido legítimamente amonestado no se arrepiente, debe ser castigado, como hereje o apóstata, con excomunión mayor; el clérigo, además, puede ser castigado con otras penas, no excluída la deposición.
Todo fiel católico esta en la obligación de apartarse de este cismático, apostata y hereje publico. So pena de hacerse cómplice y quedar automáticamente excomulgado.
Doctrina es toda verdad enseñada por la Iglesia como necesaria de creer. Satisface uno de los siguientes:
1-Fue formalmente revelada (Ej.: la Presencia Real Eucarística)
2-Es una conclusión teológica (Ej.: la canonización de un santo)
3-Es parte de la ley natural (Ej.: la perversidad de la homosexualidad).
El Sínodo de Letrán
–Condenó a quien no rechaza a los herejes.
Si alguno, de acuerdo con los santos Padres, a una voz con nosotros y con la misma fe, no rechaza y anatematiza, de alma y de boca, a todos los nefandísimos herejes con todos sus impíos escritos hasta el último ápice, a los que rechaza y anatematiza la santa Iglesia de Dios, católica y apostólica, esto es, los cinco santos y universales Concilios, y a una voz con ellos todos los probados Padres de la Iglesia —esto es, a Sabelio, Arrio, Eunomio, Macedonio, Apolinar, Polemón, Eutiques, Dioscuro, Timoteo Eluro, Severo, Teodosio, Coluto, Temistio, Pablo de Samosata, Diodoro, Teodoro, Nestorio, Teodulo el Persa, Orígenes, Dídimo, Evagrio, y en una palabra, a todos los demás herejes— […], ese tal sea condenado. (Denzinger-Hünermann 518-520. Sínodo de Letrán, Quinta sesión, Condena de los errores acerca de la Trinidad y de Cristo, can. 18, 31 de octubre de 649)
La Fe es una Virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la cual asentimos firmemente a las verdades divinas reveladas por la autoridad o testimonio del mismo Dios que revela.
EL PECADO CONTRA LA FE
Definición
La negación deliberada del asentimiento a lo que Dios ha revelado. Como se entiende comúnmente, hay cinco pecados principales contra la fe: profesión de una religión falsa, duda deliberada, incredulidad o negación de un artículo de fe e ignorancia culpable de las doctrinas de la Iglesia Católica.
- La duda voluntaria: descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer.
- La duda involuntaria : vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe, etc. Si se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espíritu.
- La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento.
- La herejía: negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse, o la duda pertinaz sobre la misma.
- La Apostasía: rechazo total de la fe cristiana.
Dice el Código canónico: «Si alguien, después de haber recibido el bautismo, conservando el nombre de cristiano, niega pertinazmente alguna de las verdades que han de ser creídas con fe divina y católica, o la pone en duda, es hereje.
La duda contra la fe
299. «No es en manera alguna igual la situación de aquellos que por el don celeste de la fe se han adherido a la verdad católica y la de aquellos que, llevados de opiniones humanas, siguen una religión falsa; porque los que han recibido la fe bajo el magisterio de la Iglesia no pueden jamás tener causa justa de cambiar o poner en duda esa misma fe» (D 1794).
Hebreos 10:23 Mantengámonos firmes, sin dudar [... ]
Enseña Santo Tomás de Aquino:
El objeto formal de la fe es la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura y en la enseñanza de la Iglesia. Por eso, quien no se adhiere, como regla infalible y divina, a la enseñanza de la Iglesia, que procede de la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura, no posee el hábito de la fe, sino que retiene las cosas de la fe por otro medio distinto. Como el que tiene en su mente una conclusión sin conocer el medio de demostración, es evidente que no posee la ciencia de esa conclusión, sino tan sólo opinión.
Los demás artículos de la fe en los que no yerra el hereje no los acepta del mismo modo que el fiel, es decir, por adhesión a la Verdad primera, para lo cual necesita el hombre la ayuda del hábito de la fe. El hereje los retiene por propia voluntad y por propio juicio.
Ahora bien, es evidente que quien se adhiere a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia. De lo contrario, si de las cosas que enseña la Iglesia admite las que quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. Así, es del todo evidente que el hereje que de manera pertinaz rechaza un solo artículo no está preparado para seguir en su totalidad la enseñanza de la Iglesia (estaría, en realidad, en error y no sería hereje si no lo rechaza con pertinacia). Es, pues, evidente que el hereje que niega un solo artículo no tiene fe respecto a los demás, sino solamente opinión, que depende de su propia voluntad.
Summa Theologica, Parte II-IIae, cuestión V.
Enseña Santo Tomás de Aquino: Nadie debe dudar acerca de la fe, sino creer las cosas de la fe más que las que puede ver, porque la vista del hombre puede engañarse, pero la sabiduría de Dios jamás se equivoca (Sobre el Credo,1. c. , p. 34).
El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y de la Iglesia, Cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la elocuencia, ni la filosofía; sino que, desprendiendo todas estas cosas y permaneciendo sólidamente firme en la fe, está dispuesto a admitir y a creer solamente lo que la Iglesia siempre y universalmente ha creído (San Vicente de Lerins, Conmonitorio,20).
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