Bergoglio como capellán rastrero de la ONU

 Gloria Internacional 

La iglesia se convertirá en el brazo espiritual de un Nuevo Orden Mundial para darle al mundo el sello de la más alta autoridad moral en la tierra, escribe el arzobispo Carlo Maria Viganò en un artículo que fue publicado el 25 de septiembre en   LifeSiteNews.com. Viganò explica que el Vaticano está a punto de – “traicionar” la misión de la Iglesia.

 

Otras ratas de laboratorio: australianos, neozelandeses, alemanes, austriacos, estadounidenses, …Para Viganò, su país de origen, Italia, juega un papel insignificante en el contexto geopolítico internacional. Sin embargo, Italia es un campo de prueba para la ingeniería social que debería ampliarse para incluir a todos los gobiernos del mundo durante los próximos diez años. Los experimentos se refieren a la economía, la política y la religión.

La iglesia como ONG de migración ambiental

Viganò señala que la iglesia de Francisco está formada por la protección del medio ambiente, la inmigración ilegal, la ideología de género y el indiferentismo religioso, que fue aprobada por la Declaración de Abu Dhabi. La próxima encíclica “Fratelli tutti” confirmará la fijación por las personas y el cambio de paradigma verde. Según Viganò, la iglesia de Francisco ha sustituido el anuncio del Evangelio por la agenda globalista con sus cuestiones medioambientales y migratorias.

 

 

 

Los enemigos de la Iglesia son Soros y los católicos apostatas izquierdistas:

 

Para Viganò, Trump es el oponente y enemigo de una coalición de un Estado profundo y una iglesia profunda. Esta coalición conecta a la parte progresista de la Iglesia con políticos (apostatas) católicos de papel y los llamados filántropos (George Soros) que manipulan el destino político y económico de la tierra con enormes fondos. Ejemplos de Viganò de la iglesia izquierda son los jesuitas. Ejemplos de políticos estadounidenses (apostatas) católicos son Joe Biden y Nanci Pelosi, que apoyan los movimientos anárquicos de Antifa y Black Lives Matter.

 

 

Viganò da dos ejemplos de cómo la Iglesia está siendo vendida al mundo por sus administradores. Primero, el multimillonario estadounidense George Soros, que proporcionó millones a los jesuitas, y segundo, los comunistas chinos. Viganò cree que la Santa Sede recibió mucho dinero de Beijing por el Acuerdo de China que traicionó a los católicos chinos.