“Pero a todos los que creyeron en Él y le aceptaron, les dio potestad de ser hijos de Dios.
2 Tesalonicenses 1
5 Porque delante de Dios es justo que él aflija a su vez a aquellos que ahora os afligen;
6 y a vosotros, que estáis al presente atribulados, os haga gozar con nosotros del descanso eterno, cuando el Señor Jesús descenderá del cielo y aparecerá con los ángeles que son los ministros de su poder,
7 cuando vendrá con llamas de fuego a tomar venganza de los que conocieron a Dios, y de los que no obedecen la buena nueva de nuestro Señor Jesucristo;
8 los cuales sufrirán la pena de una eterna condenación confundidos por la presencia del Señor y por el brillante resplandor de su poder
9 cuando viniere a ser glorificado en sus santos y a ostentarse admirable en todos los que creyeron; pues que vosotros habéis creído nuestro testimonio acerca de aquel día.
Recuerden quien desprecia a Jesucristo como Redentor rechaza su salvación. Quienes se obstinan en Pecar pisotean la Sangre de Cristo.
Hebreos 10:26 Si seguimos pecando después de haber conocido la verdadera enseñanza de Dios, ningún sacrificio podrá hacer que Dios nos perdone.
Aquí vemos el retrato de todos los Fiduchos pisoteando la Sangre de Cristo y condenándose por desobedecer el Evangelio de Cristo para seguir al apóstata Bergoglio en su obstinación de seguir pecando en lugar de arrepentirse y enmendarse.
Por eso San Pablo advierte que son malditos los que no aceptan a Jesucristo como Redentor.
1 Corintios 16:22
Si alguien no ama al Señor, ¡que caiga sobre él la maldición de Dios! ¡Señor nuestro, ven!
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